Una noche de lluvia y recorriendo la ciudad, me sentia como una cazadora de historias, esas reales, de la gente comun que por lo general no ocupa la portada de los diarios, las camaras listas y deseosas de empezar a filmar algo, hoy no habia sido un buen dia de historias jugosas. En la Esquina de Avda Corrientes y Suipacha, una mujer en una esquina extiende su brazo, apurada se sube y me dice por favor dirijase al Hilton de Puerto Madero. El transito estaba complicado, ibamos a paso de hombre. casualmente no a buscar a un hombre. Una hermosa rubia, de piernas que parecian llegar al cielo, frase que me sonaba familiar como si fuera de una cancion conocida, lo cierto es que se sube despues de una vivaz seña, miro por el retrovisor y veo un beso apasionado de dos mujeres. Una de ellas hablaba ingles y la otra hacia su mejor intento. Las lleve a un coqueto resto, en el camino se miraban de manera ardiente sin pronunciar palabra, me sentia muy incomoda, tal vez porque eran dos mujeres, era la primera vez que tenia que presenciar una situacion que me pusiera asi. sentia como si el aire fuera denso, cargado de erotismo. Las veia tocandose, los besos comenzaron a ser mas ruidosos, habia mucho movimiento de brazos, piernas que llegan a rozarme mi butaca. Para cuando llegamos al destino, ambas tenian mas de dos prendas menos. Tenia que prender la luz para cobrarles, y preguntarles si podria usar su imagen. Pero antes de hacerlo me conteste a mi misma que lo que estaban viviendo era prohibido. Y asi fue, las deje ir, deseandoles una excelente noche.
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