Para una mujer que maneja todo el dia, el pinchar una goma con un taxi, deberia ser cosa de nada. A mi me paso en plena 9 de julio, en un dia atestado por manifestantes que iban y venian en sentido contrario, los patrulleros de contramano y mis colegas y demas puteandome. La verdad que no era mi culpa, mientras esperaba como buena señorita que alguien me diera una mano, porque no pensaba ensuciar mi bella camisa blanca, ni estropear mis perfectos pantalones de traje ni mis botas. Saque la mini dv hd, y empece a retratar un poco el caos que la ciudad vive a diario, claro demas esta decir las puteadas, fueron parte memorable de una tarde increible, muy fellinesca.
Despues de un rato de espera, un amable piquetero de la CTA, se cruzó con un compañero y juntos con su pechera distintiva, cambiaron mi goma. Como si necesitara una moraleja, la ayuda vino del lugar menos pensado.
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