miércoles, 25 de marzo de 2009

Peleas por los pasajeros

Uno de los cables a tierra que tuve, o uno de los mas importantes, fue cuando yo, que venia tranquila, por donde conducen los taxis sin pasajeros y a la espera de una historia interesante, claro porque al principio creia que ni bien se subiera una persona me contaria su vida y esa historia seria interesante, pero la realidad es otra, la gente en la ciudad vive a mil, nadie tiene muchas ganas de exponerse frente a un desconocido, o en mi caso una rubia desconocida a la que mas de una vez no se subian por miedo a que una mujer manejara mal, mi taxi era una camioneta, una partner, comoda para manejar y mas comoda aun para el pasajero, ya que el espacio es importante para viajar comodo en una ciudad alocada y desorganizada.
Pero volviendo al tema, un dia, venia como el resto de los taxistas mortales manejando sobre la derecha a 20, y al parecer distraidamente se me ocurrio levantar un pasajero que habia levantado la mano a otro que estaba detenido por el semaforo.
Los codigos entre taxistas, no eran mi mayor cualidad hacia pocos dias que estaba y debia conocer mas los mecanismos. El taxistas ofuscado me tiro el auto encima mas aun, sabiendo que era mujer, se bajo y crei que iba a romperme todo el auto, yo quede paralizada y mi pasajero asustadisimo. Entonces, en la ley de la jungla hay que actuar como tarzan. Me baje con una barra traba volante y lo increpe al grito de que te pasa, ya me habia convertido en una mas, me asombraba que mi tranquilidad estuviera tan exaltada y tan rapido.
El hombre me dijo mujer tenias que ser, y encima rubia, de ahi que me quedo que no solo que les molestaba que una mujer ocupara un lugar tan de machos, sino que ademas el tinte de mi cabello le daba mas rabia aun.
Todo termino tranquilamente, mi alterado animo tal vez lo asusto, y es que los hombres no saben muchas veces de que somos capaces las mujeres. Lo mio por lo general es actuar, pero esta vez, me habia irritado, eran nuevos codigos, que debia ir aprendiendo y esta era mi primer leccion. No robaras el pasajero ajeno.

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